El país de Argentina es una tierra de cine de distinción. La historia única de este país, los vastos paisajes, la rica cultura y la amabilidad de su gente han contribuido a la creciente popularidad de este cine en el mundo. La llegada de la banca libre permitió a los argentinos empezar a producir sus propias películas, y éstas produjeron una ecléctica muestra de cine, desde las tendencias más conservadoras hasta las más liberales. El aspecto más importante del cine argentino hasta ahora ha sido el auge del movimiento «La Traviata», una forma de arte muy controvertida que nació durante la «caucasianización» de Argentina en los años cincuenta. Sin embargo, la actual cosecha de argentinos que producen películas es menos controvertida que «La Traviata», que sigue siendo muy respetada en el resto del mundo.
Dicho esto, he aquí algunas de las películas argentinas más influyentes de la historia.
La historia oficial (1985), de Luis Puenzo
Primera película argentina en ganar un Oscar, La historia oficial es polémica y tiene un tono de denuncia contra la dictadura militar que sufrió Argentina. Tras el fin de la Guerra Sucia en el país, una profesora investiga el origen de su hija adoptiva.
Leonera (2008), de Pablo Trapero
Julia es detenida acusada de haber matado a su novio, que tenía una relación con otro hombre. Embarazada, se enfrenta a los retos de criar a su hijo en un pabellón especial de la cárcel. La película se centra en retratar la vida cotidiana de la prisión en la que vive Julia y los modos de relación dentro de esta realidad.
Medianeras (2011), de Gustavo Taretto
Medianeras presenta a Martín y Mariana, seres solitarios que viven en Buenos Aires y tienen dificultades para relacionarse con el mundo. Siempre se cruzan por la calle pero nunca se ven. El auge de la tecnología viene a mostrar cómo ésta ya forma parte de nuestras relaciones. En busca de alguien que los comprenda, los protagonistas comparten historias.
Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo (2011), de Mariano Cohn y Gastón Duprat
La película nos hace reflexionar sobre nuestras decisiones. Ernesto recibe una propuesta insólita: recibir 1 millón de dólares para volver a vivir 10 años de su existencia en el momento que él decida. Sin embargo, cuando la acepta, se da cuenta de la complejidad de la vida.
Elefante blanco (2012), de Pablo Trapero
Largometraje del festival de Cannes en 2012, Elefante Branco aborda un tema delicado: la Iglesia. Mostrando una Buenos Aires diferente a la habitual y glamurosa, aquí el centro son las periferias, retratadas cuando los padres Julián, Nicolás y la trabajadora social Luciana luchan por mejorar las condiciones de vida de una barriada en las afueras de Buenos Aires. Sus objetivos entran en conflicto con los intereses del gobierno, del narcotráfico y de la propia Iglesia.